Maria Orvelina Navas

Conocida como Doña Orvelina

Con el corazón lleno de amor y pesar, honramos la vida de María Orvelina Navas, una mujer cuya bondad, fortaleza y fe conmovieron a todos los que la conocieron.

Nacida en marzo de 1943 en San Salvador, El Salvador, María vivió una vida llena de trabajo duro, devoción y compasión. Durante los últimos ocho años, se estableció en Charlotte, Carolina del Norte, donde su espíritu amable y su cálida sonrisa continuaron alegrando la vida de su familia y amigos.

María fue una mujer de gran determinación y corazón. Amaba su trabajo y tenía un don para los negocios, pero su mayor alegría provenía de servir a los demás. Ya fuera cocinando una comida reconfortante, ayudando a alguien o compartiendo risas con su marisco favorito, el amor de María siempre se reflejaba.

Su color favorito era el rosa, reflejo de su tierno corazón, su gracia y la alegría serena que inundaba cada espacio al que entraba. Encontró paz y propósito en su fe, asistiendo a las reuniones de la iglesia que nutrieron su alma y profundizaron su amor por Dios y por los demás.

María será recordada por su compasión, su generosidad y la forma en que hacía que cada persona se sintiera cuidada y valorada. Aunque ya no está en este mundo, su luz sigue viva en los corazones de quienes la amaron.

"El Señor es mi pastor; nada me faltará. En verdes pastos me hace descansar; junto a aguas tranquilas me conduce; conforta mi alma." Salmo 23:1-3

Que su hermosa alma descanse en paz eterna, rodeada del amor que tan generosamente dio.

English Translation

Known as Doña Orvelina

With hearts full of love and sorrow, we honor the life of Maria Orvelina Navas, a woman whose kindness, strength, and faith touched everyone who knew her.

Born in March 1943 in San Salvador, El Salvador, Maria lived a life filled with hard work, devotion, and compassion. For the past eight years, she made her home in Charlotte, North Carolina, where her gentle spirit and warm smile continued to brighten the lives of her family and friends.

Maria was a woman of great determination and heart. She loved her work and had a gift for business, but her greatest joy came from serving others. Whether she was cooking a comforting meal, lending a helping hand, or sharing laughter over her favorite seafood, Maria's love always shone through.

Her favorite color was pink a reflection of her tender heart, her grace, and the quiet joy she brought into every space she entered. She found peace and purpose in her faith, attending church gatherings that nourished her soul and deepened her love for God and others.

Maria will be remembered for her compassion, her generosity, and the way she made every person feel cared for and valued. Though she has left this world, her light continues to live on in the hearts of those who loved her.

"The Lord is my shepherd; I shall not want. He makes me lie down in green pastures; He leads me beside still waters; He restores my soul." Psalm 23:1-3

May her beautiful soul rest in eternal peace, surrounded by the love she gave so freely.